lunes, 30 de agosto de 2010

La vida





¿Y la vida es un cuento de hadas? ¿Y la vida es como todos creemos que es? ¿Y la vida es un sueño? Yo nunca he llevado a pensar que me encanta vivir la vida, tengo tantos malos recuerdos que creo que los bonitos incluso los he olvidado ya. De pequeña solo recuerdo felizmente el día que me comí una tarta la cual no me gustaba y tal que mi prima me tiró al suelo y me rompió una paleta. Todos los momentos bonitos que suceden en mi vida siempre acaba con algo malo, siempre que creo alguna ilusión por algo y que me encantaría que la gente me viera intentando algo bueno siempre hay algo que hace estropearlo todo y que mis ilusiones se vayan por donde habían venido, rápidamente. Echaré de menos aquellos recuerdos locos como ir a conciertos, pegar botes hasta las tantas de la mañana y llorar en la típica canción bonita o quizás esas borracheras con tus colegas en un parque y esas sonrisas interminables o aquellos regalos de cumpleaños en los que te regalaban aquella barbie o juguete que siempre habías querido. Pero, a medida que vas creciendo, se supone que vas pensando más en las cosas importantes y que necesitas para tí, ya no eres la típica chica que vive sin preocupaciones en la vida y que si le tiras una piedra a una casa vas a salir corriendo con la sonrisa de oreja a oreja viendo como tus amigos también comparten esa afición. La vida se acaba en cuando la diversión se acaba y cuando hechamos una lagrimilla por los ojos, siempre pensamos que la vida es un cúmulo de problemas que se juntan y que piensas que nunca podrás salir de el. Claro que podrás, Blanca, pensaba yo felizmente, pero tarde o temprano volveria a caer en el mismo cancán. En el mismo cúmulo de problemas en el que acabas sentada en tu silla del escritorio, fumandote un cigarro y mirando por la ventana con la mirada perdida pensando ¿qué hago? creo que esa es la típica pregunta que nunca dejaremos de hacernos los humanos, qué debemos hacer... Yo no pretendo informar a nadie de cómo es la vida, ni tampoco quiero cambiar el punto de vista de otros hacia la vida, simplemente me están pasando cosas malas en estos meses y la verdad, me apetecía mostrarlo a alguien, ya que se lo cuente a quién se lo cuente, lo único que sabrá decir ''es por tu bien'' o ''no te preocupes, ya pasará''. Ya estoy cansada de esas palabras, no llevo viviendo mucho en esta vida, solo tengo 18 años, y la he escuchado miles de veces. ¿Crees que con un ''no te preocupes, ya pasará'' todos los problemas de verdad se van a ir lejos? ¿Crees que si también digo abra cadavra todo saldrá bien? Solo pretendeis que siga siendo la misma chica ilusa, para que nunca deje de tener ganas de vivir. Pero ya no le veo ningún motivo interesante, al estudiar, al ganarme la vida, a tener un trabajo, una familia, ¿para qué? Para que cuando yo tenga 72 años me entre una enfermedad como el alzheimer o alguna otra similar, me olvide de todo y acabe en un asilo viendo como personas desconocidas tienen que ducharme y cambiarme la ropa.. ¿Eso es vida? Siempre he pensado que la vida termina cuando empieza la conciencia y las preocupaciones, la madurez.. Y mi vida ha acabado ya.

domingo, 10 de mayo de 2009

Callar.



Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.


Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero, al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?


Autor: Gustavo Adolfo Béquer.


Mi cajita de cristal♥


Se trata de una caja de cristal, una cajita pequeña, transparente, donde guardas allí dentro todos tus pensamientos, ideas, cariño y amor. Donde guardas todas las cosas que has construido durante toda la vida. Un cristal fino donde te reflejas. Material en el que están hechos tus sueños. Son porciones de tu corazón que intentas que no se rayen nunca, que cuidas más de lo que cualquiera pudiese creer. Cuidas como si fuera tu misma vida lo que guardas dentro. Un amigo es más que una persona. Algo que no es físico, algo que siempre llevas contigo .Es eso que recoges por el camino y guardas en tu cajita de cristal, cuidadosamente acomodado en su interior de terciopelo. Todo eso en lo que crees, en lo que confías, en lo que sientes y en lo que ilusa y felizmente crees que durará toda la vida. Eso que más allá del mundo encuentras. Eso que te abraza cuando piensas que no puedes más. Algo que lamentas no ver. Porque el amigo no se ve, no se toca, no se huele. Simplemente lo sientes. Y, aunque se encuentre sentado a tu lado, tú nunca lo ves como la materia física que es. Su esencia oculta entre los pliegues del terciopelo de tu cajita de cristal. A veces lo miras a los ojos. A veces sientes su presencia. Sin embargo, el amigo no es la persona que ves. Es la persona que sientes.
Es aquello por lo que darías todo. Excepto tu cajita de cristal.

Miedo a sentirte solo



Estás en una calle sin salida mirando hacia el cielo, pensando en todas las cosas que puedes hacer en ese mismo momento, pero no dejas de preguntarte el por qué de las cosas, pero nunca encuentras las respuestas de ellas y quizás, algún día en tu mente, te llega el pensamiento de que hay gente que está peor que tú, pero sin embargo, haces como que no te importa y por una vez que quieres preocuparte por tí y que quieres un poco de compasión por parte de tus amigos, ves que no hay. Que ya ellos no están a tu lado. Que donde miras solo ves cuatro paredes con las verdades de la vida que te has intentado ocultar durante mucho tiempo en el que has estado ocupada en otras cosas y que ahora van saliendo a la luz a medida que vas dando pasos por el camino a la madurez.